01-03-2011
Autor
TAU EDITORIAL TEAM

La dirección de empresas, el Management.

Diversos estudiosos, directivos y emprendedores de éxito, entre otras muchas personas, están de acuerdo en afirmar que la capacidad eficaz del Management es el recurso más escaso de muchas organizaciones privadas como públicas, y que esta, en uso de un buen coeficiente financiero, actitud proactiva y centrada, es lo que puede generar prosperidad.

Muchas familias ricas pierden sus activos en la siguiente generación, simplemente porque no había nadie capacitado para ser un buen administrador.

Si desea pilotear un aeroplano, le recomendamos que tome lecciones de vuelo antes.

Lo mejor es apostar a largo plazo en la educación.

Una de las lecciones más pragmática al respecto, nos la da Fredmun Malik (2002), en su libro Dirigir, Rendir, Vivir Management eficaz para una nueva era.

En este primer Editorial del año 2011, vamos a referirnos a continuación a las siguientes concepciones  que configura el citado autor en su magnífica obra.

Nos dice Malik:

A todos nosotros, sin excepción, nos afecta el management y, tanto si queremos como si no, debemos interesarnos por la calidad de este. Va a ser muy útil, y en algunos casos decisivo para el éxito, ser capaces de diferenciar entre un buen management y uno malo, entre el correcto y el equivocado. Esto determinará la capacidad de rendimiento de todas las organizaciones de la sociedad, la capacidad competitiva de la economía, así como de la calidad de vida de la mayor parte de las personas.

El management es la función más importante de la sociedad. Esto es válido para los países altamente desarrollados y quizá lo sea aún para los menos desarrollados. Todo parece indicar que la situación actual de los llamados países subdesarrollados se debe, en última instancia, a un management subdesarrollado, es decir, a que allí la función social del management no pudo desarrollarse, o bien a que se desarrolló de una forma equivocada. Esto ya es suficiente para acreditar la importancia de diferenciar el management adecuado y correcto, pues el management es el órgano configurador e impulsor de una sociedad y sus instituciones. Desde luego, que cada cual decida si en ello hay que ver algo positivo y deseable o progresista. Pero lo que queda fuera de toda discusión es que el management es una realidad ya imposible de obviar y que se tendrá que aceptar. Lo que no se podrá aceptar sin más es el modo y el medio de llevar a cabo el management de las organizaciones de la sociedad, como tampoco la calidad característica de ese management y su efectividad y eficiencia. Estas cuestiones pueden mejorarse, en algunos casos de forma radical. Asimismo, tampoco podrán aceptarse, sin más, las barbaridades amplia-mente extendidas y en constante crecimiento que se difunden bajo el nombre de management.

Desde el punto de vista histórico, el management es algo relativamente reciente. Ni tan siquiera ha cumplido los cien años y la mayor parte de su desarrollo se sitúa en la época posterior a la II Guerra Mundial.

Propongo un interrogante distinto: en vez de preguntar que es un directivo ideal, debería preguntarse qué es un directivo eficaz.

Uno de los principios del pensamiento constitucional es que el destino de una organización no debe depender fundamentalmente de personas individuales, por muy importantes y determinantes que hayan sido a lo largo de la historia de posiblemente cualquier organización, o que puedan llegar a serlo en el futuro. La verdadera piedra angular de un Mánager de elite no es el éxito que haya obtenido a lo largo de su fase en activo, sino más bien la situación en la que se encuentra ahora

Lo que ha sido válido para las instituciones políticas de una sociedad relativamente sencilla también lo es, todavía más, para las organizaciones de nuestra sociedad moderna, mucho más compleja: ¿cómo deben configurarse nuestras organizaciones y cómo debe funcionar el management para que no solo se cumplan de la mejor forma posible los objetivos de la organización, sino además los directores incompetentes puedan hacer el menor daño posible, su ineptitud se descubra lo antes posible y se le pueda sustituir fácilmente?. Estas preguntas son obvias, si bien las respuestas no son tan fáciles. Pero hasta ahora las preguntas se planteaban de forma equivocada, por lo que no es de extrañar que casi no se haya producido progreso alguno.

Lo más importante no es la selección del manager, sino su formación. No se trata de buscar managers, sino de crearlos, educarlos y formarlos. Y se debe crear un contexto organizativo, es decir, un marco constitucional en el que la actuación correcta se exija y se premie o, si no hay otra vía, se imponga. La pregunta clave del principio constitucional no es ¿Quién debe dirigir?,  sino ¿Cómo es una dirección correcta?

Si se entiende al Management como una profesión, prevalece todo lo que se puede aprender y que, hasta un cierto punto, se puede incluso enseñar, como es lo artesanal y la profesionalidad.

Existen muchas más cosas que se pueden aprender de lo que en general se presume. La mayoría de los directivos se dan por satisfechos con una pequeña parte de lo que podrían aprender y, por lo tanto, trabajan muy por debajo del nivel de rendimiento que podrían alcanzar.

Esto ya se ha convertido en un problema para todas las sociedades, pero en un problema mal entendido, porque el management propiamente dicho sigue siendo algo que no se comprende como una función de la sociedad. Los motivos de que los inconvenientes, las dificultades y los errores de desarrollo provengan de la economía o de la sociedad como tal, residen mucho más de lo que se cree o se dice en las debilidades del management.

Hasta ahora se podrá convivir con ella, por lo que la presión ejercida sobre los directivos para que llegasen a ser mejores managers, ha sido más bien escasa, incluso en la economía, que es donde se percibía más. Pero, en el futuro, a la sociedad le será imposible tolerar esas deficiencias. Sin un management profesional, y ante todo preciso, le va a ser imposible funcionar bien en todos los campos.

Hasta la próxima.

 

Referencia

Malik, Fredmun: Dirigir, Rendir, Vivir Management eficaz para una nueva era. Ediciones Deusto - Bilbao, 2002. 8, 9, 18, 41, 43, 44, 45 p.